viernes, 30 de julio de 2010

El 31 de Julio recordamos a SAN IGNACIO DE LOYOLA



Hoy recordamos a San Ignacio de Loyola, quien falleció en  Roma el 31 de Julio de 1556.

Su nombre completo era, Iñigo (Ignacio) López de Oñaz y Loyola, nace en el año 1491, es vasco y el menor de una familia numerosa, de once hijos. Recibió la educación propia de los nobles destinados a servir al Rey y era un diestro espadachín. Hasta los 26 años, “era un hombre dado a las vanidades del mundo”, como él mismo lo comenta en su Autobiografía.

En el año 1521, Francia estaba en guerra con España y el ejército galo, puso sitio a Pamplona. En esa sangrienta lucha y tras seis horas de fuego graneado, el 20 de Mayo , una esquirla de metralla hiere la pierna derecha de Don Ignacio , joven valeroso, en cuyo pecho brilla el blasón de los dos lobos de Loyola. Teniendo la izquierda también herida y por ser atendido por inexpertos cirujanos, es llevado a su tierra , casi al borde de la muerte. Aburrido en su larga recuperación, pide algo para leer, pero sólo le consiguen “Una vida de Cristo “ y “Vidas de Santos”.

Después de leerlos, un cambio se opera en él. Reflexiona y se dice; ¿ qué sería si yo hiciese ésto que hizo San Francisco, o aquello que hizo Santo Domingo?

Y así , poco a poco Dios se fue metiendo en su alma de caballero y de un señor terreno, pasó a ser un “valeroso soldado de Cristo “. En 1522, montado en una mula , deja Loyola y marcha al Monasterio de Montserrat en Cataluña. Allí se confesó y velando toda la noche , como lo hacían los escuderos antes de recibir el espaldarazo, cambió sus finas ropas por un burdo sayal y depositó su espada y su enjoyada daga, símbolo de la casta familiar, sobre el altar de la Virgen, en señal de renuncia y entregado a la oración y limosna comienza a llevar a cabo su decisión de llevar el Evangelio al mundo, sin salir de él.

El Señor se valió de la lectura para la conversión de San Ignacio, como así también lo hizo, en muchos otros santos. Rescatemos el valor de la lectura, un poco olvidada en nuestra época, así lo recomiendan también San Juan Crisóstomo, San Jerónimo , San Pedro Alcántara entre otros.
San Ignacio, no sólo gustó de la lectura sino que también escribió para que las personas extraviadas, encuentren a Dios por medio de la oración y la penitencia, naciendo así el libro “Ejercicios Espirituales”, que fue aprobado por el Papa Paulo III y del cual dijo Pío XI, que es “el código más sabio y universal de la dirección espiritual de las almas”. Es un texto de educación para todos los tiempos. En 1554, escribió su “Autobiografía” .

Se ordenó sacerdote en 1537, y queriendo formar un pequeño ejército cuyo jefe sería Cristo , juntó a un grupo de jóvenes, naciendo así la Compañía de Jesús. Este grupo llega a Roma y tras vencer no pocas dificultades son recibidos por Paulo III, y se ofrecen “para ser enviados allí, donde mejor le pareciese”

Paulo III , había sido elegido en 1534 y crea una Comisión de Reforma para corregir muchos abusos eclesiásticos y justamente, en San Ignacio halló uno de sus firmes aliados.
El 27 de Septiembre de 1540, se le otorga al grupo de San Ignacio, el título de “la Compañía de Jesús.”

Fundamentalmente, San Ignacio fue un reformador práctico, dirigió la Orden desde Roma y entre algunas de sus obras podemos comentar que usó su influencia sobre Juan III de Portugal, para prohibir los duelos, pero esta orden es célebre también por las grandes obras llevadas a cabo en todos los campos, los de la educación de la juventud, en el ministerio apostólico, y también fue baluarte providencial en la lucha religiosa del siglo XVI.
La Compañía fundó colegios y organizó misiones.

En 1551, creó el Colegio Romano, después conocido como la Universidad Gregoriana. Todo esto bajo la inspiración de San Ignacio y su espíritu.

Su divisa fue;

“Todo para la mayor Gloria de Dios”. (AMDG) Ad Majorem Dei Gloriam

San Ignacio de Loyola, falleció en Roma el 31 de Julio de 1556. Allí está su sepulcro en la Iglesia de Jesús.
Fue beatificado por Paulo V en 1609 y Gregorio XV lo canonizó en 1622.

Nuestro propósito de hoy, 31 de Julio y siguiendo lo indicado por San Ignacio, podría ser ahondar en las lecturas religiosas; el Antiguo Testamento, los Evangelios, la Vida de los Santos etc.

1 comentario:

  1. Como siempre es muy reconfortante para el alma nutrirse con ejemplos como este. Me encantó, gracias!!!Patricia

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