El Pueblo Cristiano siempre ha recurrido a María, como auxilio, en momentos difíciles.En tiempos de San Agustín se revestían las Iglesias con ladrillos que decían Santa María ayúdanos.
San Efrén, en la segunda mitad del siglo cuarto, escribe: María no cesa de ayudarnos; cooperadora de Dios, inmaculada y Auxiliadora nuestra
Cuando el islam amenazaba acabar con el pueblo cristiano de occidente, San Juan de Damasceno rezaba así: María auxilio de los Cristianos Sálvanos.
Santa Dominga María Mazzarello y San Juan Bosco, fueron devotos de la Virgen Sma., encontrando en Ella a su maestra, guía y auxilio, el camino seguro para llegar a Jesús y abandonarse en la Divina Providencia, en los momentos de mayor desazón. Que su ejemplo nos reconforte e ilumine en nuestras preocupaciones, penas y dificultades.
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